Por una Patria Justa, Libre y Soberana

Una Patria Justa, Libre y Soberana - 17 de octubre de 1945 - 17 de octubre de 2015 - Día de la Lealtad - Setenta años

martes, 18 de octubre de 2011

La Supremacía de la Política

Antonio Berni - El juego de la Búsqueda
Se puede hablar de un cambio de época en América del Sur, no es uniforme ni tampoco simple de analizar. Involucra de manera desigual y con manifestaciones diferentes a la mayoría de los países del cono sur de américa: Argentina, Chile, Bolivia, Brasil, Paraguay, Uruguay, Ecuador, Venezuela y ahora Colombia se incorporan a un proceso dinámico de transformaciones que, entre otras dimensiones, supone un nuevo tipo de relación, de cooperación entre iguales a pesar o mejor con sus diferencias. Es un proceso consciente y voluntarioso de independencia relativa del subcontinente con respecto a la tutela de los EEUU y de Europa, que se hace especialmente visible en el plano cultural, en el de las ideas, ahora es posible abrir la imaginación a otros futuros, más deseables que la degradación, la esterilidad, que acompañó la última década del siglo pasado. Una década de ilusiones frustradas, de superficialidad y pasatismo.
También está marcado por la recuperación a nivel continental del valor de la democracia. Como dije es un proceso complejo con más interrogantes que certezas, pero algo se puede decir.

Democracia y Liberalismo son formas de resolver los conflictos y de organizar las sociedades que se llevan mal, no solo a lo largo de nuestra historia continental sino que, como se ve en la actualidad, chocan en todo el mundo capitalista. Si se quiere, puede anteponerse a la palabra sagrada el prefijo neo, pero la crisis actual del liberalismo es el fracaso de una forma de pensar el mundo y el desarrollo humano, basada en el fetiche de la mercancía. Desde los años setenta y la crisis del petróleo, el capitalismo entra en un complejo proceso que lleva a una mercancía, el dinero, y a un sector de la economía, el financiero, a independizarse en términos relativos e imponer su predominio sobre el resto de los sectores y también sobre los propios Estados Nacionales.
De forma paralela el trabajo humano, en particular los trabajadores industriales irán perdiendo el poder y la relevancia de la que habían gozado desde sus orígenes en la revolución industrial. Todo un entramado nuevo de relaciones sociales y de formas culturales acompaña este proceso, siempre centrado en la mercancía, en el consumismo, en la idolatría del dinero y de las demás mercancías, clásicos y modernos íconos del status social.
Pero toda riqueza surge del trabajo humano. Esa simple ley fue olvidada o mejor escabullida con la complicidad de los gobiernos (democráticos y dictatoriales) a los ojos de las gentes, disimulada detrás de una enorme burbuja formada por la especulación financiera y tapizada de bellos y atractivos productos al alcance de cualquiera con el dinero suficiente para comprarlos. En nuestra américa dependiente política, económica y culturalmente de los centros del poder mundial en pleno proceso de globalización, todo este entramado engañoso funcionó aún peor. Apenas habíamos comenzado a entrar en la era industrial en los años setenta cuando la tuvimos que abandonar y entrar de prepo a la siguiente etapa, para hacerlo hubo que aplicar una enorme presión sobre el conjunto de las sociedades y sus instituciones y al demonio con la democracia a la que nunca habíamos llegado a apreciar y que era un obstáculo, miles de muertos, desaparecidos, ejércitos de marginados son parte del terrible precio que pagamos.

Pero las nuevas formas que surgen de la crisis actual no son exclusivamente culturales. Afortunadamente. Es en las bases populares donde se operan los cambios más profundos y perdurables. En el Pueblo Profundo, el conformado con los excluidos por el predominio neoliberal ahora en plena crisis, que están reinventando sus formas de organización y sus propias claves culturales, enraizadas en sus propias historias. Juntando quizás fuerzas para las luchas por venir, pero sin pensar en ello, liberándose, elevando su propia voz, redescubriendo el valor de la solidaridad, lo importante de conservar la identidad, lo propio.

Los autotitulados propietarios de las ideas, los intelectuales, corren por detrás de estos procesos de cambio, como siempre, o casi siempre, ha sucedido. Solo unos pocos son capaces de "bajarse del caballo", dejar a un costado por pesada la carga de la academia, de los "papers", de los "clásicos y modernos" antecesores y echarse al camino sin más herramientas que la mirada y la escucha, a disfrutar del paisaje en renovación. Algunos han desistido de su rol de "intelectuales críticos" y directamente se han pasado al bando de los que quieren detener la historia, vendiendo para ello lo único que les queda, su prestigio en acelerada disminución, agotando los últimos cartuchos, se han vuelto críticos indiscriminados del proceso. Cuando se piensa en ellos solo surgen calificativos que es mejor no reproducir.

Qué se ve hoy en el panorama general de nuestra américa: democracias y gobiernos con fuerte respaldo popular que se hacen cargo de las demandas y atienden a las necesidades de los postergados. Justicia Social y Democracia. Y Política. Conducción y Gestión del Estado, que también adquiere un nuevo protagonismo, que se fortalece al compás del fortalecimiento de las formas organizativas de las bases populares, apoyándolas, respetándolas. Los Estados en extinción de los ´90 han dejado paso a Estados en fortalecimiento por decisión política y acompañamiento popular.

Y eso produce sentimientos negativos de miedo, de rabia, de crispación en aquellos que se beneficiaron de la injusticia social, de la anomia instalada y alimentada por las usinas mediáticas y la política achicada, con minúsculas, sometida a los designios de las grandes corporaciones económicas. ¡Es la economía estúpido!, era la respuesta a cualquier intento de mirar el mundo bajo otra perspectiva. Los intelectuales, después de un tiempo, le dieron un nombre a la ignominia: Pensamiento único, dijeron. Algunos pensaron que eso era bueno: el fin de la historia, ¡Por Fin!.
Otros más precavidos, con menos carga sobre sus hombros estimaron que eso era malo. Que lo mismo que ocurre en el campo, con la tierra que nos da el sustento, esterilizada debido al  monocultivo, ocurre con el monopolio de las ideas, de la imaginación cercenada, de la variedad condenada por los "plagicidas" ideológicos de todo tipo.

Hay que hacer memoria y recordar el permanente desfile de esos personeros de la homogeneidad ideológica trasegando slogans en los estudios de los canales de TV y las redacciones de los diarios. Todavía están allí. Tratan de capear el temporal de la crisis ¿terminal? del liberalismo con poca cobertura anatómica, casi a la intemperie. Se les "ve el plumero", "el rey está desnudo" se escucha decir. Han perdido el monopolio de la palabra. El encantamiento ya no parece funcionar. Son tanto de "derecha" como de "izquierda" los une la crítica y la ceguera. Por ello coinciden, se prestan sin problema los discursos desdibujando las antiguas diferencias.

Dicen, que todo es una ilusión, un "viento de cola" que se reduce al elevado precio de las "commodities", que esto se va a terminar algún día y que esa será su hora de volver con sus discursos y con su dominación, lo dicen con una mezcla de voluntarismo y de conjuro. ¡Jueguen con la libertad y la justicia social, que ya les va a llegar la hora! es la no tan velada amenaza.

Pero la nueva política confía en las fuerzas encerradas en los Pueblos olvidados y no se resiste a su despertar sino que lo estimula. Abrir la caja de Pandora, dejar salir a los demonios de la creatividad, de la diversidad, de la innovación en serio no la del último smart phone. En fin, de la Búsqueda.
¡Es el Populismo, estúpido! merecerían como respuesta, pero la nueva política no es la política del odio, del enfrentamiento. Tampoco la de la adoración de las palabras, los conceptos, que han perdido gran parte de su eficacia. Es, en cambio, la política del convencimiento, de la paciencia, de la sabiduría.

La isla de Cuba vista desde el espacio
Y lo que está sucediendo da sus frutos no solo aquí, que es lo importante, sino que ya el mundo, esa aldea global hiper comunicada y sobre todo sus gentes, no nos miran solo como productores de materias primas y alimentos, atrasados e inestables. Nos empiezan a ver como una fuente de inspiración. Es la hora de la américa profunda, más, hay que decirlo, esa entrañable isla caribeña injustamente bloqueada pero orgullosa, ese largo lagarto verde con ojos de piedra y agua que con su orgullo, su persistencia y su sacrificio, insiste en señalarnos el camino de la determinación nacional que en algún momento perdimos.

Pudieron bloquear su economía y producirle con ello enormes sufrimientos al pueblo cubano, pero no pudieron bloquear su orgullo nacional. El futuro de Cuba debe depender de los propios cubanos y de nadie más. El reclamo de los países de la UNASUR y otros países de la región hacia los EEUU hecho en la Cumbre de las Américas del 2009 para que levante el bloqueo y que motivara la promesa pública de Obama de avanzar en la mejora de relaciones entre ese país y Cuba "sin mirar al pasado sino al futuro", no se concretó aún en la práctica y como otras buenas intenciones suyas fue consumida en la merienda del Tea Party. Como dijo Cristina en esa oportunidad "el bloqueo es una medida vergonzante". Es vergonzante y anacrónica. Es propio de una época que ya pasó.

bastadeodio                                                             

2 comentarios:

  1. "Son tanto de 'derecha' como de 'izquierda', los une la crítica y la ceguera. Por ello coinciden, se prestan sin problema los discursos desdibujando las antiguas diferencias". La tercera posición peronista, aun derribado el muro de Berlin, más vigente que nunca. E insisto por enésima vez: en Argentina la cosa nunca pasó izquierdas y derechas, sino por patria o antipatria. Muy bueno Profe!

    ResponderEliminar
  2. Brillante post, profe.
    Nada que agregar.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar