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viernes, 23 de diciembre de 2011

Crisis europea: los lobos no se alimentan de sueños

Angela Merkel: equilibrio inestable
La otra cara de la Alemania de Merkel:

Alemania es la locomotora de Europa, una frase muy trillada y bastante desactualizada. Hoy los países que según este lugar común eran los vagones arrastrados por la locomotora alemana hacia un sueño, un destino maravilloso de bienestar, comienzan a darse cuenta que ese destino no solo no llega, ni llegará, sino que el viaje se está trocando en una verdadera pesadilla.
"Alemania se ha convertido en el acelerador de la regresión de la solidaridad que afecta a toda Europa", ha dicho -continuando con las metáforas motrices- el filósofo de cabecera germano, Jürgen Habermas."

Alemania ciertamente hizo bien todos los deberes de la receta neoliberal, los cumplió a rajatabla, al modo germánico, el resultado, si se consideran los indicadores macroeconómicos es el que marcan los libros: Una economía que en plena debacle europea crecerá al 3% este año, una industria competitiva que exporta a manos llenas, cuyo desempleo, se afirma, está en mínimos históricos, cuyas empresas son la envidia del Atlántico norte, cuya deuda paga intereses misérrimos mientras en otros lugares el incendio fiscal es abrasador.

Sin embargo hay otra Alemania de la que no se habla, que no figura en los panfletos del éxito del "modelo". Son esos siete millones de alemanes que ganan 400 euros al mes con los denominados miniempleos o minijobs como se nombran en la fábrica de eufemismos de los economistas: Lo que en España o Italia son desempleados, en Alemania son, en cambio, sub empleados o si se quiere miniempleados. Hay que recordar que Alemania tiene una población notablemente avejentada de alrededor de 82 millones de habitantes.

Esos minijobs simplemente son contratos basura con un pago máximo de 400 euros mensuales, que el empleado cobrará neto. El empresario paga un 2% al fisco, un 15% al plan de pensiones y un 13% a la Seguridad Social: 120 euros en caso de que la paga ascienda a 400 euros. La media salarial de los miniempleos ronda en toda Alemania los 230 euros. Al miniempleado no le descuentan impuestos ni la cotización a la Seguridad Social. La razón es bien simple: las contribuciones a la Seguridad Social no dan derecho a que el empleado se beneficie del servicio de salud ni goce de un plan público de pensiones. En suma, un minijob deja casi completamente desamparado al empleado, que tendrá que asegurarse por otras vías.

En Alemania naturalmente es imposible sobrevivir con eso, de modo que muchos combinan este tipo de actividad con otro trabajo. La mayoría se asegura con el cónyuge o suma su minisueldo a las ayudas sociales conocidas como Hartz IV. En Alemania, 1,3 millones de trabajadores ganan tan poco en sus empleos que requieren ayudas sociales para mantenerse. El Estado patrocina así indirectamente a las empresas, que ahorran gastos sociales y pagan sueldos por debajo del umbral de la pobreza. Es fácil imaginar las consecuencias que la generalización de este tipo de contratos tendría en un país como España, que carece de un sistema de subsidios sociales comparable al alemán.

El empresario o particular alemán que ofrezca minijobs tiene la obligación de atenerse al máximo de horas fijado por el contrato. No puede pagar más de 400 euros al empleado, porque entonces saltaría el marco salarial y tendría que ofrecerle un contrato corriente. Así que, si el contrato de minijob estipula una retribución de cinco euros por hora, el empleado podrá trabajar 80 horas al mes. Ni un minuto más. Sin embargo, la realidad se impone, en muchos casos, por ejemplo, en gastronomía y hostelería donde proliferan los contratos minijobs, el empresario paga en blanco los 400 euros o menos, el resto, "las horas extra", lo paga en negro, ¡en Alemania!.

El resultado está claro, las cifras de desocupación oficiales no reflejan la realidad del mercado de trabajo, ni mucho menos la diferencia de ingresos entre una minoría beneficiada por el modelo frente a una mayoría que cada vez está más postergada. De modo que el 6,5% de desocupación oficial se transforma en muchas regiones, en Berlín, por ejemplo, en un 14 o 15% aún considerando como empleados tanto a los miniempleados como a aquellos que se encuentran haciendo cursos de capacitación.

Y ese sistema de liberación salvaje del mercado de trabajo es lo que la Alemania de Merkel propone como modelo al resto de europa. Exportar los minijobs como una alternativa a la segura destrucción masiva de empleos que generarán los ajustes salvajes exigidos por Alemania para satisfacer la insaciable codicia de los bancos.

El expresidente español Felipe González, de regreso de un viaje a Alemania, declaró al diario El País: "Es evidente que la Alemania europea que quería Kohl y la generación de líderes alemanes de esa época está desapareciendo. Merkel cree que el resto de Europa tiene que seguir pautas alemanas. Es un error, en primer lugar político, pero también económico, con graves consecuencias para el conjunto de la Unión, incluida Alemania".

Y Felipe González agrega un toque de atención: "Políticamente se están generando pulsiones nacionalistas en todos los países. El nacionalismo, con sus secuelas de populismo y rechazo al otro, ha sido el virus destructor de Europa durante un siglo"..."Se está haciendo poco, tarde y mal. Se olvida que el problema del euro no es de solvencia, aunque haya que controlar rigurosamente y con ritmos adecuados los déficits y la deuda, sino de liquidez y crecimiento generador de empleo. Esto es precisamente lo que estamos agravando con decisiones equivocadas, que nos llevarán a una contracción económica brutal: el efecto será más paro (desempleo), más ajuste, más dificultad para reducir los desequilibrios que se pretenden combatir. Como se siga en esta deriva, vamos a provocar innecesariamente problemas de solvencia. Alemania cree que será inmune a las consecuencias de la contracción de las economías de Italia, España, Francia y otros; no será así. He percibido que no hay una sola posición en Alemania, por eso tengo esperanza de que las cosas cambien. Aunque debo reconocer que será (una vez más) muy tarde y demasiado doloroso para los ciudadanos que no provocaron la crisis".

En estos últimos días los bancos de la Zona Euro se aprovisionaron generosamente en liquidez en el Banco Central Europeo (BCE), que les otorgó préstamos a tres años por casi 500.000 millones de euros ayer, pero la operación, según los economistas, no resuelve todo y desestabilizó los mercados. Para el BCE, que llevó a cabo por primera vez una operación de este tipo, fue un éxito. En total 523 bancos de la Zona Euro se precipitaron a su mostrador para obtener la suma histórica de 489.000 millones de euros en préstamos.
Con una ayuda tan generosa, el espectro de bancarrotas de las instituciones financieras por problemas de liquidez debería alejarse y hacer desaparecer uno de los riesgos que podrían provocar un deterioro de la crisis de la deuda”, señaló Christian Schulz, del Banco Berenberg.
Al final de cuentas, la operación a tres años “no va a salvar la Zona Euro”, estimó Jonathan Loynes, de Capital Economics. “Las sumas en juego no se sustituyen a las compras más importantes, o a las garantías, que los mercados esperan del BCE”, agregó.
Lo que se le niega a los países se le concede con facilidad a los bancos.
Desde hace meses la entidad de Frankfurt está bajo presión para que resuelva la crisis comprando masivamente títulos de deuda. Pero -siguiendo el NO de Merkel- se rehúsa a hacerlo, ya que lo considera contraproductivo y evoca su independencia así como la prohibición del Tratado Europeo de financiar a los Estados.
En la que hace a la vida de millones de europeos las consecuencias serán bien concretas, en el común de los casos: caída del salario, pérdida de empleo, reducción de los gastos familiares y, en los otros, aquellos que ya están en el margen una caída aún mayor, una sin red de contención que los dejará de hecho fuera de la sociedad.
Las dos hileras de dientes afilados son la prueba de que los lobos no se alimentan de sueños.
Una certera aunque estremecedora metáfora que tomé prestada del periodista de El País, Claudi Pérez.

bastadeodio                                                              

5 comentarios:

  1. Muy buena nota.

    Algo sobre alemanes (caso personal, fuente directa)
    Cabe destacar que los desempleados, pertenecen, casi su totalidad, a la población turca. Los turcos gozan del desprecio de los alemanes, aún los que tienen empleos precarios (preludio nazi).
    En el archivo de emigraciones, informatizando los listados de los libros, hay empleados (no me consta si son algunos o la totalidad) que tienen contratos por 4 ó 5 años… Cada vez que se acerca la fecha de finalización del contrato, no saben si los mismos serán renovados o no, generando una sensación de inestabilidad increíble.
    Son confirmados, o no, un mes antes del vencimiento del convenio. Pensemos que ellos pagan absolutamente todo, ya que, hasta pagan una cuota por tener televisor… Pueden fraccionar sus vacaciones, 20 días de noviembre, la última semana de diciembre… No pueden empalmar una licencia por enfermedad con vacaciones…
    Debemos tener en cuenta que si un alemán, nacido en Argentina, resuelve radicarse en la tierra de sus padres, se hace acreedor inmediatamente del seguro de desempleo mientras realiza cursos hasta que “encuentra” ocupación que le interese. Con ese seguro de desempleo, puede viajar a Argentina cada tres años o cuatro... No pregunté el monto de esa paga…
    Mientras se prepara le ofrecen diferentes trabajos “prueba y rechaza/acepta”….
    Puede gustarle, por ejemplo, trabajar en ese archivo del que hablé…
    IMPORTANTÍSIMO: Nunca un turco o un alemán oriental ocupará esos puestos…

    El alemán de quien hablo es un antiguo amigo, emigrado en 1989… Hace dos meses estuvo 20 días…

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  2. Tremendo post, Profe.
    Realmente, me anoticio de una situación social que no conocía y en parte me asombra.
    Pero bueno, los que le dan a la manija del asunto del Indec, no van a atender justamente a esta data. Ni tampoco a la de USA donde las cifras de desempleos son violentamente manipuladas también.

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  3. Esos son los datos. Son impresionantes pero el tema de la flexibilización laboral es esencial al neoliberalismo, y aún en Alemania que es el más desarrollado es una prueba de que la teoría del derrame es falaz. Hay grandes porciones de la población alemana e inmigrante, los turcos P.E. que en su mayoría residen en Berlín o los alemanes del este, como dice Hilda, al que el famoso derrame se transforma en ese goteo que apenas alcanza para subsistir.

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  4. Grande Profe! Post de alto nivel! "Atención editores", que se la pasan publicando pelotudeces, el Profe se merece una columna en algún medio cumpa!

    Abrazo!

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  5. gracias Pibe exagerado pero igual gracias.

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