Por una Patria Justa, Libre y Soberana

Una Patria Justa, Libre y Soberana - 17 de octubre de 1945 - 17 de octubre de 2015 - Día de la Lealtad - Setenta años

jueves, 30 de julio de 2015

EL TEOREMA DE BAGLINI Y LA MENTIRA

Raúl Eduardo Baglini es un político del partido radical que llegó a ser senador de la Nación cesando en el 2003. Cercano a Julio Cobos y mendocino como él, desde 2010 no registra actividad política conocida.
Sin embargo últimamente volvió a ser mencionado con cierta frecuencia.
Una de las razones es que formuló en 1986 lo que se conoce como "Teorema de Baglini" que grosso modo sostiene que el grado de especificidad y compromiso de las propuestas que hace un candidato o partido político durante una campaña es inversamente proporcional a su posibilidad real de acceder al poder. Hay otras versiones del "teorema" todas ellas de claro tinte conservador y tufo justificador.

Llamarlo teorema es claramente un exceso del lenguaje ya que admite notorias excepciones, muy conocidas, como son las de Raúl Alfonsín y Néstor Kirchner, justamente dos de los personajes centrales de la construcción de la democracia argentina durante la transición del siglo XX al XXI. Con sus diferencias, ambos se caracterizaron por explicitar y defender hasta dónde pudieron sus convicciones antes y después de convertirse en presidentes. Pero parece que ahí no acaba la cosa.

La segunda razón que ha devuelto al público a Baglini y su invento es la errática -por decir algo- personalidad del líder del PRO Mauricio Macri que sorprendió a propios y extraños con el giro copernicano de su discurso luego de la cuasi derrota de su partido en la segunda vuela electoral de la ciudad capital.

Después de años de destrozar públicamente y en cada ocasión que se le presentaba a las más notorias medidas tomadas por el gobierno nacional (AUH, jubilaciones, estatización de AA y de YPF, Fútbol para Todos, DDHH, entre numerosas otras) de pronto dijo reconocerlas como logros y se comprometió a no derogarlas en caso de llegar al gobierno.
En rigor al discurso (o su cambio) no se le podría considerar un caso de Baglini porque consisten en definiciones estrictas y no en la ausencia de ellas. Pero los buenos periodistas que tenemos, rápidamente olieron la mentira subyacente y las verdaderas razones del reacomodo discursivo que no son otras que la pobre performance electoral del PRO y su alianza nacional Cambiemos.
A esa sorprendente pieza oratoria de Macri  le siguieron la difusión pública de una serie de videos de referentes del PRO como Carlos Melconian y Federico Sturzenegger en los que quedaba de manifiesto no solo el doble discurso sino también su justificación metodológica. Esta última se vio reforzada cuando se conoció un instructivo elaborado presuntamente por el asesor ecuatoriano Durán Barba en el que se explicaba como responder a las preguntas que inevitablemente generaría el giro discursivo.

En resumen los periodistas -oficialistas y opositores- no se equivocaron al juzgar el aparente giro político del PRO como una vulgar mascarada porque de eso se trata.

La cita al teorema de Baglini es, entonces, claramente errónea. No se trata de ausencia de definiciones sino de la necesidad de su presencia. El Macri candidato, si quería seguir en carrera, tenía que exorcizar al verdadero Macri, el de siempre, el reconocido, para dar paso a uno nuevo que se siente "más nacional y popular".
Lo que sucede nada tiene que ver con Baglini y sus inventos sino con una concepción de la política mucho menos inocente según la cual los ciudadanos son meros consumidores de imágenes y discursos que -como en los comerciales- nada o poco tienen que ver con la realidad de sus vidas pasadas, presentes y futuras sino con sentimientos e imaginarios previamente instalados en sus consciencias. En pocas palabras: Marketing Puro y Duro en el que la mentira no es un pecado ni un error sino una necesidad y, en todo caso, una astucia.

No les va a funcionar, no aquí, no en las actuales condiciones de consciencia del conjunto de la sociedad a las que se llegó luego de la profunda crisis del 2001 y de la reconstrucción cultural y política que inició Néstor Kirchner la que se entronca con la mejor tradición política nacional desde Yrigoyen, pasando por Perón y Alfonsin hasta nuestros días. Hay ahora millones de argentinos y argentinas con los anticuerpos necesarios para evitar ser manipulados por estas burdas -incluso descaradas- estrategias de la mentira.

La necesidad misma de la mentira lo pone de manifiesto. También lo hace el reconocer los logros alcanzados que forman parte integral de nuestro imaginario colectivo. No es otra cosa que la famosa Batalla Cultural que no se libra exclusiva ni principalmente en los medios de comunicación como algunos parecen inclinados a creer.

bastadeodio                                                                      

jueves, 16 de julio de 2015

Hablando de la política del PRO

Al hablar de la política -en sentido estricto- del PRO se corre el riesgo de confundir sin querer al lector, que es el ciudadano. Me explico. El PRO está organizado como una empresa, no como un partido político, ni siquiera como el PP español, aunque cada vez se le parezca más. Por eso ellos nunca hablan de política sino de equipo y gestión. Palabras sagradas.

Es, sin embargo, una política en sentido amplio aunque, como sucede con los icebergs, la mayor parte permanece oculta. Es una política que miente y oculta como toda política comercial. El destinatario de sus mensajes comerciales es el electorado, somos todos. Como suele ocurrir en algunos, que recuerdan haber probado el producto, les genera indignación. Otros que o no lo han hecho o se han olvidado o simplemente son muy susceptibles a los mensajes simples y efectivos, no les desagradan, todo lo contrario.

Por eso se atreven desde el gobierno de la ciudad a financiar operaciones de prensa como la de Bonadío contra la presidenta que tiene apenas las briznas de legalidad que le impone la presencia de un juez federal. Pero lo hacen porque saben que ella, Cristina, constituye en el imaginario popular el principal obstáculo que se interpone en su camino al éxito. Pero también es una muestra de cuánto han avanzado en su compromiso empresario. Ya no se trata -únicamente- de sombrillas amarillas y de playas secas, ni de fiestas cumbieras, ni de Sri Sri, ni de mentiras grandiosas como "hemos mejorado la educación y la salud de los porteños". Se trata de auténticas operaciones torpemente hechas y pretendidamente encubiertas, pero operaciones al fin.

Sus accionistas en las (medias) sombras son los miembros de stablishment, los mismos que acompañaron la gestión menemista pero que ahora se encuentran imposibilitados de continuarla porque el peronismo -una vez más- ha cambiado -aunque a muchos les cueste creerlo- y a vuelto a la política en sentido estricto que corresponde a su matriz histórica.

Simplemente, estos, los poderosos, creen encontrar en el Macri actual -a falta de alguien mejor- el gerente adecuado, por eso y porque ha tenido éxito en imponer esa idea mentirosa de Gestión y Equipo en la CABA, se enoja cuando esos mismos accionistas pretenden decirle como manejar "nuestra" empresa.

La etapa en la que se encuentra hoy es de expansión empresaria, pretende exportar su modelo de gestión política empresarial a todo el país, a nivel local y nacional, y para eso tiene financiamiento local y foráneo. Por ahora las cosas no le salen del todo bien y se duda de que su propuesta tenga al final éxito. Podrá no lograrlo pero lo que trata de hacer no es una tontería, no teniendo los apoyos que tiene, en un mundo complejo pero que, en general, tira para el mismo lado.

¿Cómo se combate esto?.  No tengo todas las respuestas pero hay un par de cosas que creo saber aunque no sean nada innovadoras. No se lo combate solamente denunciando la ideología que lo sostiene, diciendo que son de derecha y que representan la vuelta a un pasado que queremos dejar atrás, no se los combate con el lenguaje simbólico que es agradable a los oídos y la mirada de los que se indignan con los comerciales del PRO. Esos ya descubrieron el engaño.

El porqué el PRO domina tanto en el norte opulento como en el sur excluido de la ciudad es un hecho que permanece inexplicado en términos políticos, sociales y culturales. Es urgente hacerlo y cambiar porque constituye un fracaso mayúsculo.

La cuestión central es que -sin copiar los modos del PRO- encontremos en lenguaje adecuado para llegar al resto a los que no sienten rechazo e incluso algo de comodidad. Lo que se requiere es el conocimiento que surge de una escucha abierta y sensible, de una relación directa con los ciudadanos, algo que está en la mejor tradición de la militancia peronista. Y que no debe durar lo que dure la campaña electoral.

bastadeodio                                                                    

jueves, 9 de julio de 2015

LA COHERENCIA POLÍTICA Y EL VOTO CASTIGO


La presentación de ECO en la elección de la CABA es el resultado del carácter coyuntural, local y probablemente efímero de la alianza entre la UCR y el PRO a nivel nacional y, esto es muy importante, de una conveniencia circunstancial del PRO interesado -como siempre- en esquivar la nacionalización de la campaña porteña y la polarización electoral con el FpV eliminándolo de antemano como contrincante de una posible segunda vuelta. Dividir el voto anti PRO o anti Larreta era una forma evidente de lograrlo. La indefinición del candidato de ECO con respecto de cuál era su referente a nivel nacional, su reticencia a ser identificado con Macri tendía a lograr ese objetivo.

La jugada les salió a medias. Es lógico, no juegan solos y todos los involucrados piensan en octubre y en cómo les gustaría quedar parados el día después. En síntesis, en el PRO menospreciaron el descontento del porteño y sobreestimaron la imagen de Larreta, quizás esperaban que ECO frente a una abrumadora diferencia se retirara de una segunda vuelta como hizo Cavallo. Fallaron, pero, y esa es la parte que lograron, si evitaron enfrentar una segunda vuelta con el FpV. Quizás les hubiese convenido olvidar sus temores y tomar el toro por las astas.

Ahora tienen un problema, consecuencia de esa decisión táctica, Larreta no alcanzó la cifra mágica del 48-49% y Lousteau no se baja, y no se baja porque como es conocido hay cuentas pendientes que saldar con el PRO que provienen fundamentalmente de su prepotencia con sus supuestos aliados radicales, a la que se suma la creciente incertidumbre que rodea al hipotético triunfo en octubre de la coalición opositora encabezada por Macri.


En lugar de festejar un triunfo a todo lo ancho, como los números indican, los medios hegemónicos sacaron a relucir los miedos. Lousteau representa un peligro, un obstáculo potencial en el camino a octubre.

El 54,5% de los porteños que no votaron a Larreta están siendo bombardeados para que no lo voten a Lousteau y además presionan a sus apoyos para que lo bajen.
Ese bombardeo mediático revela dos cosas. La primera es que hay un miedo real en los sectores opositores en que la segunda vuelta porteña termine perjudicando las posibilidades de Mauricio Macri. Ese miedo es el que se trata de infundir en los votantes anti K de ECO.

Son dos los factores que pueden perjudicar al ingeniero: el primero es que los obliga a gastar energías y recursos a expensas de la campaña presidencial y la segunda, más grave, es que Larreta gane por estrecho margen e incluso pierda el ballotage, lo que sería catastrófico para las ambiciones de desplazar al peronismo.

La segunda cosa que intenta instalar la campaña mediática es que en esta interna sui géneris, porque lo que se disputa es el gobierno, la elección se dirime entre candidatos de Cambiemos en consecuencia, los votantes del FpV y de otras fuerzas deberían permanecer al margen y votar en blanco. Saben que esto es fácil de decir pero muy difícil de lograr, sobre todo cuando a la gente se la obliga a votar.


La izquierda formalmente ya adoptó este supuesto, lo que no quiere decir que lo hagan sus votantes individualmente. Hay sondeos que indican que la mayoría de ese sector no seguiría la postura de la dirigencia.
Lo más probable es que el FpV deje en libertad a los suyos, lo que se puede interpretar como lo más sensato en su caso.
El que sí adelantó su opinión -a pesar de incluirse en el FpV- es Ibarra y lo hizo por el voto a Lousteau. Su justificación esencialmente es pragmática: todo lo que potencialmente pueda perjudicar a Macri favorece el triunfo de la fórmula del FpV. Además, lo sabemos, Ibarra odia profundamente a Macri y motivos no le faltan.


Entre los simpatizantes del FpV que activan en las redes sociales hay una inocultable agitación entre los partidarios del voto en blanco y del voto a Lousteau (como forma de perjudicar a Macri) una discusión que en ocasiones es demasiado agria teniendo en cuenta la poca relevancia de lo que se debate.

De forma algo maniquea aparecen dos posturas:
1) una "principista" basada en la ética y la coherencia política que afirma que se trata de una disputa interna en el seno del proyecto neoliberal y que cualquier intervención externa solo puede llevar a la confusión del votante y, peor, a perder dos veces, la primera como FpV y la segunda por aparecer apoyando a un perdedor y, encima, totalmente ajeno.
2) una "pragmática" que es similar en buena medida a la fundamentada por Ibarra y que se inclina por votar a Lousteau a fin de perjudicar la campaña de Macri y -eventualmente- vencer al PRO en su propio reducto.

Todo esto se da en medio de una situación política del campo opositor muy fluida. Nadie puede asegurar, a esta altura, que Lousteau no termine, al fin, bajándose del ballotage, a pesar que ello puede significar su momentánea "muerte" política. Como dije antes, todos los protagonistas hacen sus cálculos de cara al día después de las elecciones de octubre. Entre ellos los apoyos del último emergente "progre con rulos
" del colapso como alternativa nacional de la UCR y de todos los experimentos de alquimia que le siguieron.

Curiosamente en esta discusión -aparentemente de principios vs pragmatismo- no se habla del voto castigo, de su legitimidad y de su utilidad como forma de expresar la postura de aquellos que han quedado fuera de la disputa principal pero a los que se los convoca obligadamente a opinar. El voto castigo tiene una larga tradición tanto en democracias consolidadas donde el voto no es obligatorio como en democracias más condicionadas, como la nuestra, donde el voto lo es.

En el voto castigo no se vota a alguien por lo que es o representa sino que se lo hace como forma de votar en contra de otra alternativa que se sabe aún peor. Los cíber militantes pueden "debatir" todo lo que quieran, agredirse mutuamente, romper viejas relaciones, hacer nuevos amigos, "calentar" un poco el ambiente y de paso revitalizar el alicaído ambiente de los blogs. Lo que no podrán hacer es condicionar la conducta de los cientos de miles de porteños que sienten que han perdido la elección, que han quedado fuera pero que, sin embargo, están obligados a ir a votar. Los debates por más acalorados que sean apenas los rozan. Las encuestas que ya comienzan a aparecer parecen indicarlo.

bastadeodio                                                                   

lunes, 6 de julio de 2015

House Of Cards - Segunda Vuelta

CABA: Ganó Horacio Rodríguez Larreta, no por lo que Macri esperaba, el PRO no creció, bajó casi dos puntos en relación a 2011. Le sirve mucho a Larreta, le sirve menos a Macri que por primera vez no figuraba en la lista amarilla y que en su carrera a la Rosada viene golpeado de la derrota en Santa Fe y además, hasta ahora, no cosechó ningún triunfo realmente propio.

También ganó la joven estrella Martín Lousteau que con la sigla de ocasión ECO viene a ser el candidato no PRO para la CABA de la extraña alianza Cambiemos, la que según sus protagonistas no tendrá un futuro más allá de octubre o diciembre de 2015. Una verdadera ensalada indigesta. Allá ellos y sus alquimias electorales.

Este no futuro de Cambiemos o lo que es lo mismo este ir juntos por conveniencias locales coyunturales, convierte al ballotage entre Larreta y Lousteau en algo más que un mero ejercicio de final cantado. Para muchos son lo mismo (Larreta con y sin rulos) pero eso no es del todo cierto, aunque a nivel ideológico pueda tener sentido. Larreta es el PRO y aunque no siempre lo expliciten tienen un sólido plan (de austeridad), Lousteau es el nuevo rostro electoral de la veleidad capitalina, estructuralmente es poco y nada sin los que lo apoyan, fundamentalmente Sanz y Carrió, pero ellos son mufa electoral y su plan de gobierno -de existir- tiene la solidez de una nube de pedos.
Buena parte del electorado porteño eleva, para luego olvidar, candidatos "alternativos" como si de zapatillas o celulares se tratase.

Para ganar la segunda vuelta, Larreta debe sumar casi cinco puntos. Esto en un marco general en el cual vienen ganado los oficialismos, lo que se contabiliza a su favor. Lo que pueda sumar Lousteau es un misterio. Puede ser muchísimo y jorobarle la fiesta al PRO, puede ser mucho y situarlo a él, no a Cambiemos, como presidenciable para el 2019 y puede ser muy poco lo que también metería a Macri y al Cambiemos capitalino en problemas muy serios de cara a su futuro según apuntamos más abajo. Todo depende entonces de dónde irán los votantes del FpV y los veleidosos porteños "independientes".

Hay que recordar que los votos en blanco y nulos no se contabilizan, lo que en principio favorecería a Rodríguez Larreta. En la primera vuelta su presencia -que no es pequeña ya que ronda el 3%- no fue mucho mayor que la histórica. En ellos está la clave del ballotage.

Mariano Recalde, si se tiene en cuenta el contexto, hizo una buena elección dejando al FpV a solo cuatro puntos de ECO. Es poco en términos históricos pero mucho si se considera que en parte se pudo superar el error de estrategia cometido en las PASO. Pero el FpV quedó fuera de competencia.
El voto de segunda vuelta puede ser visto como meramente coyuntural y testimonial o como estratégico. A cada cual le cabe decidir cómo lo ve. Obviamente desde este blog se insiste que, en el marco de la competencia electoral, lo estratégico prevalece por sobre lo coyuntural y testimonial.

¿Porqué Macri tendría potenciales problemas si Larreta saca, digamos, un 60%?

El PRO se maneja como una empresa (en realidad una fachada o joint venture) de la cual Macri es su presidente y Larreta su gerente general, hasta ahora la relación funcionó en apariencia muy bien. Esta es la primera vez que Larreta es candidato casi electo lo que lo coloca en idéntica posición con Michetti, su gran adversaria. Las aspiraciones de ambos no terminan en los límites geográficos de la Ciudad Gótica, ni en los temporales del 2015.

Si Macri se convierte en presidente de la Nación habrá fumata blanca y en el PRO podrá prolongarse la actual convivencia pero si eso no sucede las cosas se pueden complicar y -según la ley de murphy- muy probablemente lo harán. Y, como pintan las cosas Macri, que está más cerca de la lira que de la guitarra, no puede evitar -con ningún cambio de discurso de última hora- que solo un milagro lo convierta en el inquilino de Balcarce 50.
Aquí hay un juego de lealtades y conveniencias de final abierto. Como en la serie House Of Cards, todo vale y el republicanismo resulta al final una máscara.

bastadeodio